¿Qué realidades reflejan las cifras de periodistas asesinados en el país?
Germán Rey, reconocido académico colombiano y analista de medios, habló en el IX Encuentro de Periodismo de Investigación sobre las conclusiones de la investigación “La palabra y el silencio. La violencia contra periodistas en Colombia (1977-2015)", que publicó el Centro de Memoria Histórica.
Este trabajo analizó el número de asesinatos de periodistas, las causas, las regiones con mayor cantidad de homicidios y los actores involucrados en las muertes de periodistas desde 1977 hasta 2015.
“En Colombia ocurrieron, por razones de oficio, por lo menos 152 asesinatos de periodistas". Con esta afirmación Rey dio el primer análisis de la situación de seguridad para los periodistas en Colombia, durante el conversatorio “Una conversación sobre las balas que callan al periodismo”.
Explicó que, además del número tan alto de muertes, el nivel de impunidad de estos asesinatos es muy alto: alrededor del 50% de las investigaciones han prescrito y de los 152 casos en solo cuatro investigaciones ya se hallaron los culpables y toda la cadena criminal.
De la investigación se sacan varias conclusiones importantes. La primera es que la violencia contra los periodistas se ha producido, fundamentalmente, como consecuencia de la guerra y golpea principalmente a los periodistas regionales, como resultado de un país segregado y en el cual el Estado no llega a muchos territorios.
Rey afirma que “una de las grandes características de los periodistas de región es su extrema soledad” y al ser fuente importante de información de su comunidad, “su desaparición ocasiona graves consecuencias para la colectividad”. Además de ser los periodistas regionales los más afectados, según el análisis, los periodistas de prensa y especialmente de radio son los que más sufren amenazas y atentados contra su vida.
De ahí también se desprende que, en gran parte de estos territorios, los asesinatos no sólo son cometidos por grupos armados ilegales o la delincuencia común, sino también por la corrupción y la alianza entre estos grupos y políticos, elementos que el periodista está encargado de divulgar y esclarecer.
Rey discutió que si bien durante el gobierno de Álvaro Uribe el número de asesinatos disminuyó, otras prácticas que atentan todavía contra el ejercicio del periodismo incrementaron, como las conocidas chuzadas del DAS, la censura (incluyendo la autocensura) y el boicot a medios de comunicación. También llamó la atención sobre aquel “periodismo autoescoltado” o que recibe medidas cautelares de seguridad por parte del Estado, lo que no permite un ejercicio libre de la profesión.
Ya finalizando el conservatorio, surgió la pregunta de cómo las mujeres periodistas se enfrentan a las amenazas y acciones que atentan contra su dignidad. Ante esto Rey respondió que a pesar de que hay menos asesinatos de mujeres en comparación con los de hombres, las periodistas sufren un tipo de delito que cuenta con una particular humillación y sevicia alrededor del cuerpo y su sexualidad.